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2.2 Clasificación
del transporte de sedimentos. El
transporte de sedimentos por un río puede clasificarse atendiendo a dos
criterios: ·
Según el origen del material. ·
Según el modo de transporte. Según
el modo, el sedimento puede transportarse en suspensión, sostenido por la
turbulencia del flujo, o bien por el fondo, rodando, deslizando o saltando. Una
partícula inicialmente en reposo puede transportarse a saltos por el fondo
cuando se supera el umbral del movimiento, pero si el río sigue creciendo,
puede transportarse luego en suspensión. Cuanto
más intensa es la acción de la corriente, mayor es el material de fondo puesto
en suspensión y transportado de este modo.
Esta noción nos lleva a observar que el transporte de sedimento cuyo
origen es el cauce, se reparte entre los dos modos de transporte: en suspensión
y de fondo. El
otro origen posible del material transportado es la cuenca hidrográfica del río.
Se entiende que se refiere al origen durante un episodio de lluvias y de
crecida fluvial. Evidentemente a
largo plazo, todo el material del cauce tiene también su origen en la cuenca.
El origen en la cuenca significa que simultáneamente al transporte de
fondo y suspensión con origen en el cauce, la corriente transporta material con
origen en la cuenca, material muy fino llamado material de lavado de la cuenca.
Este material se transporta siempre en suspensión, por lo que el modo de
transporte en suspensión es la suma material de los dos orígenes distintos.
Un
criterio práctico para separar un origen del otro, es el tamaño de las partículas
D =0.0625 mm. El material
inferior a éste procede mayoritariamente del lavado de la cuenca, mientras que
el superior procede del lecho. La
clasificación del transporte se resume en la siguiente figura: (Figura
No.35)
Figura No.35 Clasificación del transporte de sedimentos según el origen del material y el modo de transporte. O El
transporte en suspensión puede representar el 90% o más de todo el transporte
sólido de un río y dentro de él el material de lavado puede ser una parte
grande. Este
material de lavado, así como su magnitud, está directamente relacionado con la
zona por donde fluye el río, además de las características hidrológicas de
la cuenca: la litología, los suelos, las pendientes, la vegetación, la
precipitación, la escorrentía, etc. De
hecho la pérdida de suelo de una cuenca podría cuantificarse mediante el
material de lavado transportado por el río.
El río tan sólo sirve de “corredor” de este transporte. El material
transportado en suspensión tiene gran repercusión en la salida o desembocadura
de un sistema fluvial: en la formación de los deltas o la colmatación de los
embalses. El transporte de fondo
(el 10% restante quizás) tiene, sin embargo, la mayor repercusión morfológica
sobre el río mismo, ya que causa sus modificaciones, y por ello es de interés
en ingeniería fluvial. El
transporte de fondo (y más exactamente el transporte de material del material
del cauce) está ligado a las características hidráulicas del cauce: anchura,
pendiente, granulometría, caudal, etcétera.
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Escuela Colombiana de Ingeniería. Centro de Estudios Hidráulicos y Ambientales. |